Fundada la abadía de Cluny en el 910, los cluniacenses seguían la regla de San Benito Aniano, al servicio del papado y de la reforma monacal. Además de los primeros abades (Odón, Odilón, Hugo el Grande), otros grandes cluniacenses fueron el papa Gregorio VII y Pedro el Venerable. La arquitectura cluniacense desempeñó un papel preponderante en la evolución del arte románico. Sigue leyendo